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. La frase de Guthrie traspasóa sus oyentes.Pero, bien, también.era Dagny quien me lo pedía. ¿Y ahora ha pedido demasiado? Los ruidos del fuego se mezclaron con laspalabras de Lars. No.Pero en esta ocasión es algo muy radical, tanto como para pararme a pensarlo.Así que decidí hablarlo con vosotros. Yo.no soy íntimo de ella.En realidad no.¿Ha tenido algún amigo íntimo desde lamuerte de Edmond? La conoces mejor que la mayoría de la gente.Y tú, Mrs.Rydberg, pareces tener unapercepción superior a la media.Vamos a intentarlo.Lars se inclinó hacia delante. ¿Qué quiere? Una nave antorcha, diseñada y construida según especificaciones, adaptada a unatripulación selenita.No es nada que se pueda hacer con facilidad.Financiarla, coninvestigación y diseño, sería algo oneroso para nosotros, y el pago lento, si llega apagarse. ¿No pueden esperar hasta poder producirla ellos mismos?  Es evidente que no.Eso podría tardar una década o más.Son demasiado impacientes.En todo caso, eso eslo que afirma Dagny.Quieren salir y explorar por su cuenta.Explorar realmente. Eso.es razonable, ¿no?  dijo Lars.Ulla sintió la nostalgia y le agarró la mano. Supongo que sí.Aun así, apuntar tan alto en un estadio tan temprano de su proyectoespacial.Parece que apuestan demasiado.¿Para qué? ¿No te dio ninguna pista? Ninguna, excepto que como sus hijos la desean con tanta ansia, ella también.Oh,me habló de que era un símbolo que ayudaría a calmar los sentimientos de rebeldía de lajoven generación lunar.Una compensación para salvar la cara, diría yo.Y tambiéncomentó que sería una inversión, entrenamiento, experiencia, etcétera.Pero en general,admite que son impacientes. No se hacen más jóvenes a cada día que pasa murmuró Lars.Ulla le apretó lamano con más fuerza. Pensé que podrías tener alguna información o idea para ayudarme a decidir. Lamento que no sea así.La generación selenita me resulta tan extraña a mí como ati.Ulla levantó la cabeza. Sospecho que no se trata de un mero impulso  ofreció.Deben de tener en mentealgo específico. Tengo la misma impresión admitió Guthrie.Lars volvió a repetirse.  No puedo creer que mi madre lo apoyase con todo su corazón si fuese una amenazapara nosotros. No, claro que no  dijo Guthrie.Pero es un gasto considerable, que quizá no serecupere, y que me causará grandes problemas con mis directivos. ¿Un tesoro? ¿Habrán descubierto algún depósito importante en algún cuerpo lejano? Es una suposición evidente.Se lo pregunté a Dagny directamente.Dijo que no, y mepreguntó a su vez cómo podrían descubrir algo así si no tienen una nave para explorar oni siquiera sondas robóticas con las capacidades adecuadas. Una nave espacial en órbita es, en potencia, un arma terrible.Una como ésa. ¡No!  gritó Ulla. No tiene sentido  dijo Guthrie.Puede que los selenitas tengas sus locuras, perono han perdido la cabeza.Ni tampoco son estúpidos.Lars asintió. No pretendía decirlo en serio  explicó.Quería simplemente rechazar la idea.Además, mi madre es mi madre.No podrían engañarla y ella nunca lo permitiría.Respiró profundamente.Dejando de lado el aspecto económico, ¿qué mal podríahaber, boss? Conocimiento, riqueza o lo que esperen ganar, ¿no beneficia al final a todala humanidad? Ésa es la voz de un explorador y, me temo, un idealista.Yo soy algo menos ingenuo.Ni tampoco es el negocio de Fireball hacer buenas obras. Pero sí hacer el bien insistió Ulla. En cierta medida, mientras a la compañía le vaya bien  dijo Guthrie.Aunque Diossabe que tenemos nuestra parte de avaricia miope, tonterías y todo el resto de lacondición humana.Tampoco las dejaron fuera de mi programa.Pero me voy por lasramas.¿Deberíamos apoyar la empresa o no? Me inclino a pensar que deberíamos hacerlo. empezó a decir Lars. Con la esperanza de que podamos satisfacer nuestra curiosidad, ¿no?  Guthrievolvió a reír. Eso puede que no suceda nunca.Pienso en los descubrimientos y en la diversidad,y.Pero debemos reunirnos más a menudo para hablar.¿Realmente sólo puedesquedarte hasta mañana? Por desgracia, así es.Bien, en las horas que nos quedan lo resolveremos lo mejorque podamos.Me inclino a pensar que acabaremos con «!Que le den a los torpedos! Atoda máquina.Ulla miró al robot durante un rato. Porque tú también eres lo que eres  le dijo luego a la mente que contenía.25Venator había regresado a la Central, después de entrevistarse con Matthias, algomenos que satisfecho.Realmente no necesitaba hacerlo.Podía estar en contacto con losacontecimientos, incluyendo cualquier idea del cibercosmos, en cualquier lugar de laTierra donde hubiese un terminal de comunicación.Pero creía que allí encontraría lacalma y la seguridad con las que su mente obtendría total claridad.Comprendía bien las razones para sentirse así.Aquélla era tierra santa.Era uno de los pocos humanos que sabían de su existencia más que vagamente.Erauno de los muy pocos que habían caminado por su interior.La mañana después de su llegada, salió a dar un paseo de una hora.Aunque era unhombre atlético, no estaba aclimatado a la altitud.Sin embargo, la noche antes habíarecibido una inyección de sustituto de hemoglobina y respiraba con facilidad.El aireentraba en él frío, tranquilo y completamente puro. Pronto dejó atrás las cúpulas, las antenas parabólicas y las torres.No eran más que ungrupo, una estación meteorológica.Nada dejaba ver lo que las máquinas habíanconstruido bajo tierra.Los instrumentos a bordo de un satélite de vigilancia podíandetectar la radiación del subsuelo, pero se trataba de sutil radiación electromagnética,infrarrojos o neutrinos; y el cibercosmos eliminaba tales datos antes de darles entrada enlas bases de datos públicas.Como lo visitaba poco, Venator no conocía bien el territorio [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]
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