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.Su tamaño es superior al de mi pobre naveaquí presente y sin duda son parte del equipo original del Arca.Dada mi experienciapasada doy por sentado que estas lanzaderas poseerán trajes presurizados y por lo tantotengo la intención de utilizar el único traje que nos queda y registrar esas naves quetenemos tan cerca, hasta haber encontrado trajes para los otros dos. No me gusta  replicó secamente Celise Waan.Tuf sale fuera en tanto quenosotros seguimos aquí dentro, atrapados. La vida está repleta de vicisitudes similares  dijo Tuf , y en un instante u otro,todos debemos aceptar algo que no nos gusta.Tuvieron ciertos problemas con la escotilla.Se trataba de una pequeña compuerta deemergencia y tenía controles manuales.El hacer funcionar la puerta exterior, atravesarla ydejarla luego cerrada fue fácil, pero la puerta interior era un asunto totalmente distinto y notan sencillo de resolver.Apenas la puerta exterior quedó cerrada la gran recámara se llenó nuevamente de aire,pero la puerta interior parecía atascada.Rica Danwstar lo intentó en primer lugar pero lagran rueda metálica se negó a girar y la palanca no cedía.  ¡FUERA DE MI CAMINO!  dijo Kaj Nevis, con su voz convertida en un roncograznido por los circuitos comunicadores del traje de combate Unqi, y elevada a un nivelcasi insoportable por los altavoces externos del mismo.Avanzó pesadamente hacia lapuerta con sus enormes pies en forma de disco resonando en el metal de la cubierta y losgrandes brazos superiores del traje de combate aferraron la rueda para hacerla girar.Larueda se resistió durante un momento y luego empezó a torcerse con un chirrido paraacabar soltándose de la puerta. Buen trabajo  dijo Rica y se rió.Kaj Nevis gruñó algo que resultó ininteligible, peroque resonó como un trueno en la gran estancia.Agarró la palanca e intentó moverla perolo único que consiguió fue partirla.Anittas se acercó a los resistentes mecanismos de la puerta. Hay unos botones de código  dijo señalando hacia ellos.Si conociéramos lasecuencia del código adecuado sin duda nos dejaría entrar automáticamente.Tambiénhay una conexión para ordenador.Si puedo conectar con él, quizá logre extraer el códigocorrecto del sistema. ¿ENTONCES A QUÉ ESPERAS?  le preguntó Kaj Nevis en tanto que el visor de sucasco ardía con un lúgubre resplandor rojizo.Anittas alzó los brazos y extendió las manos en un ademán de impotencia.Con laspartes más obviamente orgánicas de su cuerpo cubiertas por el tejido azul y plata de sutraje presurizado y sus ojos plateados visibles al otro lado del plástico parecía más quenunca un robot.Kaj Nevis, dominándole con su gran talla, parecía un robot mucho másenorme. Este traje no ha sido diseñado correctamente  dijo Anittas.No puedo conectarcon el ordenador si no me lo quito. ¡ENTONCES, HAZLO!  dijo Nevis. ¿Será seguro hacerlo?  preguntó Anittas.No estoy totalmente. Aquí dentro hay aire  dijo Rica Danwstar, indicando con un gesto los controles de lapared. Ninguno de los dos os habéis quitado el traje  replicó Anittas.Si cometo un errory abro la puerta exterior, en vez de la interior, puedo morir antes de que me sea posiblecerrar otra vez. ¡PUES NO COMETAS NINGÚN ERROR!  retumbó la voz de Kaj Nevis.Anittas se cruzó de brazos. Puede que el aire no sea seguro, Kaj Nevis.Esta navelleva mil años a la deriva, abandonada.Incluso el sistema más sofisticado puede fallar entodo o en parte con el paso del tiempo.No estoy dispuesto a poner en peligro mi persona. ¡AH!, ¿NO?  tronó Kaj Nevis.Se oyó un chirrido y uno de los brazos inferiores sealzó lentamente.La pinza metálica se abrió, cogiendo al cibertec por la cintura yapretándole contra la pared más cercana.Anittas sólo logró lanzar un chillido de protestaantes de que uno de los brazos superiores del traje Unqi se acercara a él.Una manocolosal recubierta de metal negro aferró el cierre de su traje y dio un tirón.El casco y todala parte superior de su traje cedieron con un crujido, Anittas estuvo a punto de perder lacabeza junto con la mitad de su traje.¡DEBO CONFESAR QUE ME GUSTA ESTETRAJE!  proclamó Kaj Nevis y le dio una leve sacudida al cibertec con la pinza.Otraparte del traje se rompió y por debajo de la tela metal izada empezó a brotar la sangre.¡ESTAS RESPIRANDO!, ¿NO?De hecho Anittas estaba prácticamente hiperventilándose.Logró mover la cabeza,asintiendo.El traje de combate le derribó al suelo de un empujón. ¡ENTONCES!, ¡AL TRABAJO! le dijo Nevis. En ese instante fue cuando Rica Danwstar empezó a ponerse nerviosa.Retrocedióunos pasos con disimulo y se apoyó en la puerta exterior, alejándose de Kaj Nevis todo lo posible y, mientras Anittas se quitaba los guantes y los restos de su traje hecho pedazos,intentó analizar la situación.Anittas deslizó su mano derecha, la metálica, dentro de laconexión del ordenador.Rica había colocado la funda de su arma sobre el traje por lo queel aguijón le resultaba accesible pero de repente su presencia no le resultó tranquilizadoracomo de costumbre.Examinó el grueso metal de la armadura Unqi y se preguntó si nohabría cometido una idiotez al escoger su aliado.Estaba claro que una tercera parte delbotín era algo mucho más ventajoso que la pequeña tarifa de Jefri Lion pero.¿y si Nevishabía decidido que el reparto no iba a ser entre tres?Oyeron un ruido repentino y agudo y la puerta interior empezó a deslizarse a un lado.Detrás de ella había un pasillo no muy ancho que se perdía en la oscuridad.Kaj Nevisavanzó hasta el umbral y examinó el pasillo en tanto que su visor lanzaba reflejosescarlata sobre las paredes.Luego se volvió lentamente hacia ellos. ¡TÜ, MERCENARIA!  le dijo a Rica Danwstar.VE A EXPLORAR.Rica tomó una rápida decisión [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]
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